lunes, julio 30

Creadores


30 de julio

Torre Eiffel (Foto: Luis Alberto M. Lecuna)

Un día como hoy, de 1887, se concluían los trabajos de cimentación de la Torre Eiffel. Su construcción se decidió como homenaje al centenario de la revolución francesa, pero los parisinos estaban convencidos de que ese "armatoste de hierro" una vez concluidas las celebraciones, debía ser desmantelado, fijándose como plazo, el año 1900. La Armada le salvó la vida la torre diseñada por Gustavo Eiffel. Se adujo que siendo la edificaación más alta de París, y dada su ubicación, era ideal para conectar equipos de telecomunicaciones. Fue así de que inicialmente resistida, pasó a ser el símbolo de la ciudad luz. También un día como hoy, de 1898, nace el excelente escultor británico Henry Moore. Moore es para mí un antes y un después en la escultura, una bisagra en el arte moderno, como lo fue Paul Cézanne para la pintura.
Henry Moore, Mujer reclinada

Inspirado inicialmente en el arte precolombino, sus esculturas ponderan por igual el volumen y el espacio. Sus obras monumentales impactan por la esbeltez de las formas, la sensualidad de las curvas, y el tratamiento del espacio que hace que, a pesar de ser de enormes volúmenes, tienen una aspecto alígero.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Discípulo de Alexandre Gustave Eiffel en la Escuela Central de Artes y Manufacturas de París, fue Carlos A.Casaffousth, (Buenos Aires, 10 de Abril de 1854 - Gualeguay, Entre Ríos, 24 de Agosto de 1900). Ingeniero notable, fue víctima de una de las más terribles injusticias que registra nuestra historia por el pecado de haber diseñado y dirigido con genialidad la construcción del Dique San Roque. En http://www.casaffousth.com.ar/ hay información.

Anónimo dijo...

Ayer recordé a Carlos A.Casaffousth, no sin tristeza. Durante algunos años diría que el tema me obsesionó: quería saber todo sobre Juan Bialet Massé y Casaffousth. Viajé a Córdoba muchas veces, con mi familia, y siempre pasábamos unos días en Bialet Massé. Éramos tan asiduos que el casero del hoy Museo y Casa de Cultura (antigua casa de don Juan), un vasco amable e inteligente, nos daba las llaves para poder irse tranquilo a jugar a las cartas. A veces éramos los únicos pasajeros del hotel, mientras la gente pasaba de largo hacia Cosquín. Investigué mucho, pero los cordobeses odian con tanta pertinacia a los porteños que avanzar un paso me costaba esfuerzos increíbles. Sea como fuere, aún conservo bibliografía fundamental y muchos recuerdos. No sé cuántas veces fuimos hasta el dique. Yo me quedaba mirando los muñones de la obra de don Juan y Carlos Casaffousth, que resistieron hasta la dinamita (que casi destruye el nuevo dique que construyeron en la década del ´40). Las cales hidráulicas, procesadas en el histórico horno, superaban al cemento portland... Hay muchas historias, leyendas y coincidencias. Dicen, por ejemplo, que la memoria de Casaffousth era prodigiosa, que en pocas horas terminaba un proyecto gracias a que tenía en la cabeza hasta la última fórmula. Y el socio principal del constructor Bialet Massé se llamaba Funes... Sobre la muerte del fabuloso ingeniero se dicen muchas cosas: que se suicidó (no es verdad), que dejó de tomar la medicación, que en realidad murió de tristeza (no le faltaban razones). Algunos llegan a decir que la A. (de Adolfo) era incial de Argentino, y en los paseos en catamarán un guía lo afirma y no reconoce ninguno de los documentos que lo desmienten. Ya sabemos que estos dos genios terminaron en la cárcel, despojados de sus bienes, por la simple acusación de un ingeniero... trucho. Don Juan, como duro catalán que era, resistió. Pero Carlos se enfermó estando en la cárcel -a pesar de éso seguía escribiendo y enviando clases a sus alumnos de la universidad- y afuera tuvo que soportar tantas desgracias -la muerte de sus hijos, por ejemplo- y despojos que murió al iniciarse el nuevo siglo. Fue y sigue siendo una vergüenza nacional, igual que la desaparición de Favaloro.
No voy a esconder la verdad: recuerdo esta historia y me siento triste y desesperanzado, aunque me separe de los acontecimientos un siglo entero. También me siento en deuda por no haber seguido adelante con la investigación, por no haber escrito un ensayo, una novela o qué sé yo.
Ah, me olvidaba... Ya sabrás que Juan Bialet Massé era médico.
Buenas noches.
Alejandro

Soy yo... el segundo dijo...

Señor Lagreca... Gracias.

Diego de Córdoba