martes, julio 24

Salamanca, Aldecoa, Krausismo y Educación


24 de julio


Biblioteca de la Universidad de Salamanca
Foto: Luis Alberto Melograno Lecuna

Un día como hoy, de 1925, nacía en Vitoria, quien sería uno de los más importantes escritores españoles del siglo pasado. Me refiero a Iñigo Aldekoa (Ignacio Aldecoa), un autor no tan conocido por estos lares como se merece. A Aldecoa y sus cuentos llegué casualmente, investigando sobre temas educativos. Es que su mujer, Josefa, era docente como sus ancestros, y tenía una institución educativa -el colegio Estilo- que buscaba una renovación en la educación a partir de las ideas del krausismo, y del Instituto Libre de Enseñanza, ideas que formaban parte del mismo pensamiento que sedujo en nuestro país a los radicales, comenzando por Hipólito Irigoyen.
Ignacio Aldecoa estudió en la Universidad de Salamanca, la misma de la famosa frase "Lo que Natura non da...", las misma de la famosa fachada plateresca, las misma donde estudió nuestro Manuel Belgrano, la misma donde estuvo Calderón de la Barca...

Fragmento de "El Pozo", de Ignacio Aldecoa
" El espectro de paisaje se borró sobre el muro. Las palabras enturbiaban la imaginación y sintió que la serranía en sombra, con el sol elevándose u ocultándose tras de ella se iba sedimentando en simples manchas de humedad. Ya no había cielo blanquiañil, ni crepúsculo, ni montaña, ni tierra de campos. Estaba sentado. Del respaldo de la silla colgaban sus pantalones y de un clavo de la puerta su chaqueta. Dobló la cintura y comenzó a frotarse suavemente las piernas, cubiertas con medias rojas. Luego se calzó las zapatillas, que habían perdido su negro azabache y parecían sucias y estaban despellejadas por las puntas. Un ansia de vomitar y encima amolado con las piernas. Con várices no se puede correr bien. Por un ventanuco miraba al patio el Chato la Nava, distraído, deslumbrado por el espejeo del sol en la albura de la fachada frontera; rumorosos los oídos del monólogo de su compañero. Fumaba y expelía el humo con fuerza, dándole tiemblo de azogue a una iluminada telaraña. "

Aquí podés bajar en formato pdf, una semblanza de Aldecoa:
Ignacio Aldecoa, por Juan Rodríguez

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