miércoles, agosto 8

La importancia de la madre

8 de agosto



Ayer leí en el web site del sorprendente empresario argentino Martín Varsavsky, que había días y momentos en que él debía hacerse cargo (supongo que por un acuerdo con su esposa, que tendrá alguna actividad laboral fuera de su casa), del cuidado de su pequeño hijo Leo.
Lejos de alimentar una postura machista, siempre entendí (estoy convencido de ello como padre, como profesional, científica y pedagógicamente), que la presencia constante de la madre en digamos... los dos primeros años de vida, es vital, fundamental e insustituible, más allá de que el padre esté siempre cerca, colaborando de múltiples formas, cambiándole los pañales, dándole biberones y sacándolo a pasear.
Si bien es una estulticia toda competitvidad de género, ya que nenas y nenes somos felizmente diferentes y complementarios, admito que en la absurda contienda hombre-mujer, más bien mi fiel de la balanza se inclina del centro, levemente hacia lo feminista, como una forma de reconocer ciertos aspectos de la superioridad femenina. Esto me ha grangeado la simpatía de las mujeres y el odio de los varones, y hasta algún premio como el de la revista "Ser Mujer" de Rosario de Santa Fe.
Ni hablar de la ventaja del sexo débil en la infancia... Como educador, puedo afirmar rotundamente que en líneas generales, durante la edad escolar las niñas aventajan sobradamente a los niños.

"La madre es lo más grande que hay", diría un poeta barrial, o como cantaba el famoso Norberto "Pappo" Napolitano: "Nadie se atreva, a tocar a mi vieja / porque mi vieja, es lo más grande que hay".
Esto viene a cuento de la efeméride de hoy. Un día como hoy, Thomas Alva Edison inventaba el mimeógrafo. Es sorprendente la cantidad de inventos que se han producido en "el gran país del norte". Siempre me llamó la atención que entre sus patriotas fundacionales, hubiera un inventor y filósofo, como Benjamín Franklin. En nuestra historia sólo hubo que yo sepa, curas y abogados, pero inventores...
Pero volvamos a Edison y su madre.
Edison era un niño por demás torpe, mediocre alumno, un desastre para la matemática, pero tenía una madre solícita que estaba siempre al pie del cañón. Fue ella la que le ayudó a encontrar su camino, a partir de la lectura, tratando de ayudarlo a encontrar sus "núcleos de interés". A partir de allí, Edison comenzó a devorar los libros de química, y a repetir los experimentos que sus páginas planteaban.
Su madre, que era docente, le marcó el camino. Después él, a partir de la educación recibida, de la cultura del esfuerzo, trabajó de muy joven para conseguir el dinero para sus investigaciones y experiencias: fue frutero, vendedor de confites, de diarios y revistas y de pochoclo, en los andenes y en el tren que iba a Detroit, sin dejar de leer entre venta y venta, temas de electricidad y química.
La impronta materna le permitió seguir adelante: determinación, perseverancia y cultura del trabajo. El resto es conocido o bastante conocido: inventó y/o perfeccionó otras invenciones. Creó una máquina electrica de contar votos, perfeccionó el telégrafo, inventó una dínamo de alto rendimiento , la lamparita eléctrica, el fonógrafo, el transmisor telefónico, un sistema telegráfico, la locomotora y el automóvil eléctricos, la batería de acumuladores, y el hormigón armado. Presentó con sus colaboradores, 1200 patentes de inventos.

Y volviendo a las madres... Puedo afirmar con absoluto convencimiento que ni Borges ni Picasso hubieran llegado a ser lo que fueron, sin la fuerte presencia de sus madres, que los marcaron definitivamente.

Mi fórmula es muy sencilla: Madre a full por lo menos hasta los dos años de vida, padre lo más cerca posible, y después de los dos años, kindergarten para que se socialice, y presencia por igual de papá y mamá, con predominio materno.



1 comentario:

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo