jueves, agosto 9

"Si el presente es lucha, el futuro es nuestro"


9 de agosto


1821:
se crea la Universidad de Buenos Aires



Quienes conocen verdaderamente la historia reciente de los argentinos, digamos de los setenta a la fecha, no suelen ser llevados de las narices por los cantos de sirena de quienes por turno, han dominado la escena nacional y la opinión publicada. Ni los referentes y admiradores de la última dictadura militar, ni su extremo opuesto -aquellos que Perón echó de la Plaza y ahora forman parte del poder- pueden hacer cambiar ni los sentimientos ni las opinión de quienes saben dónde está realmente el fiel de la balanza, porque viveron y sufrieron durante el gobierno de facto, y viven y sufren ahora en esta democracia sui generis, sin internas electorales, donde el mandato se transfiere graciosamente de marido a mujer.
Y en esta historia pendular que desconoce el punto de equilibrio, pasamos de sufrir la represión militar y la violencia de los fusiles, a la carencia de toda puesta de límites expresada en el abuso de libertad ejercido por la violencia de los piqueteros y demás manifestantes ad hoc. Y en uno y otro caso, está el ciudadano común, el que no vocifera, el que paga sus impuestos y sostiene muy a su pesar el paquidérmico aparato estatal, atrapado por los imbéciles de turno, impedido en su libre accionar, imposibilitado de circular por la calle para ir o volver de su trabajo, sujeto a los dictámenes de quienes para manifestar su desacuerdo por algún tema que les atañe, deciden que la mejor forma de hacerlo es invadiendo la libertad de los demás, apropiándose de las calles, del espacio público, cuando no ocupando y destruyendo algún inmueble oficial o privado.

¿Qué hacen en los países más desarrollados, de gobierno democrático, que realmente han logrado el bienestar de sus sociedades, si a algún grupo "en defensa de sus legítimos derechos", se le ocurre avasallar los derechos de todos, haciendo por ejemplo un piquete en una avenida? Pues no durarían un mísero instante porque serían sacados de las pestañas, y no por eso se consideraría a este accionar soberano, de ejercer adecuadamente el poder conferido por el pueblo, como una actitud represora ni mucho menos. Simplemente habrán hecho respetar la Ley.

Queda claro que quienes no están de acuerdo con la democracia, o quienes sí admiten esta forma de gobierno pero saben que no pueden llegar nunca al poder por medio de las urnas, deben utilizar otras metodologías. Por eso a nadie debe extrañar que por ejemplo, en el sitio web de la FUBA (Federación Universitaria de Buenos Aires), comandada por grupos de ultraizquierda, el lema y leit motiv que figura es: "Si el presente es lucha, el futuro es nuestro"
.
Por eso aquello de "Dios los cría y el viento los amontona". Quienes se asocian en el manejo de estas metodologías piqueteras, a sabiendas de que no van a ser impedidos en sus manifestaciones, son todos grupos emparentados con la prédica revolucionaria marxista leninista, y/o con Trotzky, aquél de la "revolución permanente". Para ellos, este accionar de interrumpir el tránsito forma parte de lo que denominan las "grandes gestas populares". Por eso con orgullo, en la página web del Partido Obrero, se menciona que la FUBA "se fue transformando en una referencia obligada de toda lucha de la clase obrera y de los explotados, y en una referente nacional, organizando junto con la Conadu Histórica movilizaciones y jornadas de lucha nacionales en apoyo a los paros por el salario y el presupuesto", y asociándose "a todos los que luchan contra lo instituido por el voto popular, como el movimiento piquetero, los sindicatos combativos y los partidos de izquierda".
Sin un Estado Nacional que controle e impida los abusos en las calles por temor a ser tratado de "represor" (confundiendo represión con hacer respetar la Ley), los históricamente minúsculos e hiperactivos grupos de ultraizquierda, hacen y harán el suficiente ruido y seguirán sembrando el necesario caos como para impedir el normal desenvolvimiento de los ciudadanos, y de las instituciones como la UBA, alentados por la inoperancia del gobierno en la materia.
Lo de la Universidad de Buenos Aires es un tema puntual, que da bronca y dolor, y que sólo está provocaando el descrédito de nuestro país. Un pequeño grupo de radicalizados estudiantes (muchos de ellos crónicos), copa las asambleas, impide que se realicen, las boicotean, golpean e insultan al Rector, y autojustifican lo injustificable, aduciendo que la suya es "la respuesta lógica a la parálisis institucional" , en un psicótico juego de palabras... ¿Quiénes son los que realmente paralizan la universidad, sino ellos, siendo funcionales a intereses políticos?

Los extremos se tocan. Si algo definió a los dictadores, fue la soberbia. Si algo definió a Franja Morada, la Coordinadora y al mismo radicalismo alfonsinista tan poco afecto a las autocríticas, fue la soberbia. Si algo define a los grupos neoliberales, es la soberbia. Si algo define a los grupos de ultraizquierda, es la soberbia. Evidentemente, la soberbia es un mal endémico nacional.
Y así estamos.

Hace 186 años se creaba la Universidad de Buenos Aires, faro de cultura y ciencia, referente de prestigio académico que traspasó por mérito propio la geografía nacional. Hoy es un bochorno imposible de controlar, sujeta a los avatares de patotas sindicales y a los sempiternos y ruidosos grupúsculos de ultraizquierda, fieles a su filosofía de alborotadores profesionales.
Pero no se haga problema querido lector, todo se solucionará muy pronto: ya no más tránsito interrumpido, no más manifestaciones violentas, no más piqueteros de rostro cubierto y palo en ristre, no más facultades y colegios tomados. Porque dicen que el cambio se avecina, y seguro que Cristina va a solucionar todo de un plumazo. Y no me venga con eso de que "a seguro se lo llevaron preso", porque acá no va nadie preso, y menos por hacer un piquete...

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