Un día como hoy de 1492, partió desde el puerto de Palos, España, don Cristóforo Colombo con 120 hombres y tres naves (cuyos nombres aprendimos de memoria en el colegio primario), con una innovación tecnológica que luego se repetiría 477 años después con la Apolo 11.
En el primer caso, pisaron la isla de Guanahani, en el segundo, la superficie lunar.
Los viajes de Colón, se concretaron con la irrupción de una herramienta (la carabela) que unía en sí varias tecnologías, y gracias a la cual se ampliaron los horizontes geográficos y de crecimiento de la humanidad: a distingo de las embarcaciones que las precedieron, estas pequeñas naves eran confiables (seguras), maniobrables, y con un importante nivel de autonomía.
De esta manera se concretó la primera fase de la Revolución Científico Tecnológica.
Idénticas características tendría mucho después la Apolo 11: confiabilidad, maniobrabilidad y autonomía.
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